miércoles, 18 de noviembre de 2009

Mix de tendencias


La breve charla de Zuma Boutique en Área Tres de hoy era sobre tres temas en galaxias distintas: cómo una productora pequeña puede aceptar el desafío de hacer cosas muy disímiles, algunos conceptos sobre un evento no usual como el Style Wars, y cuáles parecen ser las tendencias en música de la mano de Ale Lacroix.

Me quedé hablando con Ale Lacroix sobre las tendencias musicales: volver a la cosa divertida, original, simple... ese pretendido "back to the basics" que él sostenía es compatible con los mash-ups? Veamos sino el excelente proyecto ThruYou de Kutiman (notar el ensamble en 4:50), que figura más arriba. Es terriblemente bueno, pero no es simple. Tampoco eso lo define como mainstream o no. En la misma línea, no es casual que en la misma semana, el New York Times revise lo que significa el blur entre masculinidad y femineidad en cuanto a moda.

Tal vez el hilo conductor sea ése: no importa si es música, la experiencia de ir a una disco, la decisión de trabajar fuera de la cuna de cristal corporativa, o un desfile: cada vez más se necesita la escala humana y la desintermediación como piedra fundamental. Y algo más, implícito, sobre lo que no se habló: la capacidad de detectar talento.

martes, 3 de noviembre de 2009

Singular bondad online

No todo se resuelve en los 140 caracteres de Twitter o en el estado de Facebook: pero hace un tiempo que deseaba postear acerca de lo siguiente: por qué la gente es más “buena” (digamos, colaborativa) en ámbitos online? Me despego de mi propia visión, y voy por partes:

- Quién dice que efectivamente la gente es menos buena en el off-line? Probablemente sea mi propia visión. Y yo contestaré, efectivamente, que todos construimos a partir de percepciones subjetivas. En mi vida real no ayudo demasiado al prójimo, y sin embargo posteo rutas para correr, recomiendo libros y me fascina observar la misma conducta en el resto.

- Ejemplos? Puntos KudoZ tras traducciones bien hechas en ProZ. Recomendar a alguien en LinkedIn sin que te lo pidan. Ganar puntos-fierita en el Taringa a causa de cualquier post (repito: cualquier post, en general de horrible calidad). Publicar rutas de entrenamiento en Run the Planet. Postear buenas canciones de Hype Machine en Twitter. En definitiva, hacerle la vida más fácil, aún al prójimo que ni siquiera uno conoce, aún al prójimo que no ha pedido ese favor.

- Toda buena actuación teatral necesita un móvil, oculto al principio de la trama. Cuál es el móvil aquí? Los comienzos nerdos hicieron que intercambiar conocimientos fuera buena práctica en la red. A veces (ay, Facebook!) el móvil es mostrarse fashion. Pero en todo caso la gente da, sin retribución cierta, y creo que ahí está la diferencia. Algunos dirán que es ego. Otros, que el online no tiene barreras de tiempo o espacio. Otros, en fin, sostienen que uno puede dar en la Web sin entregarse a cierta intimidad excesiva de los favores de la vida real. Ah, la misantropía…

Al final del día, los expertos dicen que es el turno del “whuffie” de Cory Doctorow, la reputación online o como quieran llamarlo. A mi me gusta la palabra prestigio, y tengo la sensación de que aún un sujeto con issues (y esto no es tan autorreferencial) puede sugerir, recomendar, hacerle la vida más fácil a los demás, y esperar una retribución a cambio. No hay ingenuidad: alguien dirá que esto es branding y que uno es el arquitecto de la propia marca personal. Deberemos llamar a esto autobranding?

Última vuelta de tuerca. En la vida escasea el dinero, la belleza, el talento y el tiempo. Esas son mis cuatro variables favoritas. Digamos que el prestigio online es algo que se puede construir aún faltando estas cuatro dimensiones: ningún jefe o ningún HHRR te va a retacear el reconocimiento, el “gracias”,o los miserables puntos-Taringa que se pueden obtener “si sos bueno en la Web”. Y aún no sé si se trata de bondad: simplemente creo que es algo que funciona y que hace que de distintas formas nos sintamos mejor con nosotros mismos. Que es lo que quería demostrar…O peor: tal vez la bondad en la vida offline carece de los suficientes incentivos que garanticen la retribución. De ahí a decir que la Web será el nuevo opio de los pueblos, hay un solo paso.